
ZetaTalk: La Condici�n Humana
La condici�n humana, actualmente en la Tierra, es deliberadamente desordenada.
Examinaremos algunas situaciones que pueden ayudarnos a clarificar algunos
temas en juego.
- Primero, los humanos desean
seguridad. La condici�n humana es insegura, desde el nacimiento, o particularmente
en el nacimiento, el humano es totalmente consciente de su posici�n insegura.
Desnudo, diminuto, incapaz de desplazarse, y totalmente dependiente de
otros. El ni�o humano, desea dominar a aquellos de los que depende. Es algo
natural para el humano querer dominar el entorno. El humano quiere
controlar el clima y las estaciones. Las casas est�n estructuradas para
suministrar un clima templado durante todas las estaciones. Ni las
tormentas ni las cat�strofes tienen efecto. Hay una seguridad social, el
paraguas de la ayuda gubernamental. La inundaciones y los huracanes son
otra raz�n para abrir los cofres de los gobiernos. Todo esto es una
evidencia de que los humanos quieren dominar su entorno.
- Segundo, el deseo de
dominio va mas all� del los
factores inanimados. El humano desea dominar a otros humanos en su
vecindad. Comenzando con el deseo del ni�o de dominar a su madre, de
acaparar toda su atenci�n, y estar en el escenario de la atenci�n publica,
el humano desea ser el foco de atenci�n. El ni�o mediante sus lloros
reclama atenci�n inmediata. El adulto en las conversaciones de grupo pretende
con sus comentarios llamar la atenci�n de los dem�s. No hay diferencia. Los
que pueden acaparar la atenci�n podr�n ver cumplidas sus necesidades- as�
funciona la l�gica. El ni�o desplazado por un hermano mas joven se siente
inseguro, y deja de ser el foco de atenci�n.
- Tercero, el amor entra en
juego. El amor, o la empat�a, es algo sentido a temprana edad. La empat�a no
es una emoci�n reservada para los inteligentes, solamente para los seres
conscientes. El amor y la empat�a son sentidos por todas las formas de
vida, incluso hasta cierto grado por las plantas. Es un factor de la vida.
Es intr�nseco a la vida. El amor y la empat�a empujan al humano a situaciones
que entran en conflicto con su deseo de seguridad, de ser el centro de atenci�n.
Las decisiones se toman para compartir la atenci�n publica, para compartir
los recursos. Estas decisiones entre los humanos var�an enormemente. Algunos humanos consideran
a los dem�s en el mismo plano que s� mismos. Otros humanos rara vez, si
acaso, tienen alguna consideraci�n con los dem�s, y nunca en el mismo
plano que s� mismos.
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